lunes, 13 de septiembre de 2010

Carta de Marcelino

Mis queridos tripulantes:
Ya estoy de vuelta en casa. Afortunadamente el regreso fue estupendo y el barco se quedo bien amarrado en un sitio seguro. Para el año que viene, estrenara vela mayor y tendré que cambiarle los inyectores de gasoil del motor.
He leído con atención todo lo escrito por vosotros en el libro del barco.
Me siento feliz al saber que todos habéis pasado días intensos a bordo, aprendiendo y disfrutando y sobre todo, que el conocimiento de vosotros mismos y la perfección han aumentado. Eso es interiorizar un viaje, el que el mismo viaje pasa por uno. Tripulación, barco y lugares; no son mas que un marco para el propio cuadro. Ahí esta el secreto: dejar que el viaje nos inunde con todas las experiencias, de modo que al terminar podamos sentirnos tan integrados en el que seamos una parte indisociable del mismo.
Como responsable de la organización y como patrón, estoy plenamente satisfecho de todo. Ha sido una tarea muy fácil gracias a todos vosotros, he sido muy afortunado. Todo llega asu fin; incluso algún día el viaje seguirá sin mi, las personas somos relevables, pero el espíritu creado nos sobrevivirá. Unos toman el relevo a los otros y mientras uno permanezca en la memoria de otros, sigue vivo.
Mi familia fue una tripulación especial, con vínculos particulares permanentes, lamento que faltara mi hijo Tomas, su mujer Gema y mi nieta Hoa, espero que algún día puedan participar de estos viajes; pero con mi mujer, Martín, Irene y Alba lo pasamos muy bien y esta familia sale enriquecida de espero que en el futuro pueda seguir contando con tan buenos navegantes y sobre todo con tan buenos amigos. ¡Que triste es verse obligado a decir siempre adiós, desligar lazos, romper afectos y dejar en tales disoluciones pedazos de uno mismo! ¿no hay una vara mágica con la cual pueda yo algún día a una hora determinada reunir a esta familia náutica en una gran mesa bien provista, para que todos conozcan a todos y se comenten aventuras y anécdotas? Mientras eso no llega, deberemos conformarnos con esta amistad virtual que son los escritos.
El viaje sigue (seguirá el año estas vivencias, somos muy afortunados. Incluso hubo ocasión de estrechar lazos con la rama barcelonesa ¿se repetirá?
Como dicen varios tripulantes del RAW PRAWN los barcos tienen alma, es una pena que no pueda escribir sus sentimientos, pero estoy seguro que se siente feliz de hacernos felices a tantos y de navegar por aguas tan diversas por las que tantos otros han navegado desde siempre y en las que han ocurrido tantos acontecimientos.
GRACIAS A TODOS. UN FUERTE ABRAZO. HASTA LA PROXIMA.
Marcelino

Fin de viaje